Hablar de Inflación en Latinoamérica, no es novedad, nuestra historia económica tiene capítulos complejos de hiperinflación de los años 80 en Perú, situación que hoy en día -y desde hace varios años atrás - vienen sobrellevando Haití, Venezuela y Argentina. No obstante, la pandemia generada por la COVID – 19 es una nueva pieza que ha ingresado al juego de la economía mundial, moviendo las fichas del tablero de la región Latinoamérica, que – a pesar de sus vaivenes políticos – mantenía cierta estabilidad en las últimas décadas.
Uno de los ejemplos más resaltantes es el de México, que en noviembre hizo noticia por alcanzar una inflación récord de 7.37% interanual, la cifra más alta desde 2001, muy por encima del objetivo del Banco de México de 3%. En línea con la tendencia global, los precios de alimentos y energía presentaron el mayor incremento interanual, con un aumento del 14,36% para productos agropecuarios y de 11,26% para tarifas eléctricas, señaló Marco Ortiz, profesor del Departamento Académico de Economía de la Universidad del Pacífico.
En cuanto a las razones para el incremento de la inflación, Ortiz explicó que esto se debe básicamente a la dinámica generada por la pandemia. "Las cuarentenas y restricciones al transporte significaron caídas de la demanda de petróleo durante 2020, presionando su precio hacia el terreno negativo en abril de ese año. Esto llevo a un recorte en la producción de petróleo por parte de los países productores, agrupados en la OPEP+. Todo en un contexto de cambio global de la matriz energética hacia energías menos contaminantes que ha significado una caída en los inventarios de energía fósil ante la baja inversión en ese sector. Por otra parte, las medidas sanitarias y de distanciamiento, así como el incremento de controles sanitarios elevaron los costos de producción. Por el lado de la demanda vemos que los hogares, aun con temores de contagio, reasignaron su gasto de servicios hacia mercancías. Asimismo, los inmensos programas de estímulo fiscal y monetario han generado un incremento de demanda en un momento en que la oferta sigue contraída, ocasionando cuellos de botella y escasez, configurando un escenario de inflación elevada en muchos países", detalló.
En este sentido, reiteró que los sectores más afectados por el incremento de precios son alimentos y energía. Por ejemplo, el kilo de la tortilla de maíz (producto equivalente en cuanto a nivel de consumo al pan o arroz en Perú), se ha incrementado de 13.8 pesos a 18 pesos. "Un incremento del 30% interanual y se espera que cierre el año cerca de los 21 pesos", refirió.
En cuanto a las medidas que emplea el gobierno mexicano para frenar esta situación, indica Ortiz que, a nivel macroeconómico, el Banco de México (Banxico) ha realizado incrementos en su tasa de interés objetivo en sus últimas cuatro reuniones, alcanzando el 5% en su reunión de noviembre.
"La próxima reunión está programada para el 16 de diciembre y se espera que se continúe con la normalización. No obstante, esto está ocurriendo en un contexto de mucha incertidumbre alrededor de la política monetaria ante los vaivenes y posterior nombramiento para gobernadora del banco central de México de Victoria Rodríguez, funcionaria del Ministerio de Hacienda sin mayor experiencia en política monetaria", opinó.
De otro lado, Ortiz explicó que México tiene una postura muy intervencionista en el precio del gas y en el último agosto se creó "Gas Bienestar", una marca de distribución de gas estatal manejada por la empresa estatal de petróleos. Asimismo, impusieron topes a los precios del GLP. No obstante, los efectos no fueron los esperados, muy por el contrario, hubo incrementos significativos de los precios desde el anuncio e incluso las empresas privadas han logrado mantener precios menores a los de la empresa pública. Adicionalmente, las medidas fueron recibidas con un paro de distribuidores de gas que se repitió en octubre. Estas medidas de fuerza ponen presión sobre el gobierno y generan cortes en el suministro, afectando a la población y la economía. "Cabe destacar que México importa el 86% del GLP que consume por lo que establecer estas medidas no va a detener el precio internacional y simplemente distorsiona los precios", afirmó.
La temperatura de la región se eleva
De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, Latinoamérica es el continente con la inflación más alta a nivel mundial, estimando que llegará a alcanzar el 9.3% este año. En este contexto, en noviembre, Perú alcanzó el 5.66% en el índice de precios al consumidor, un alza significativa si consideramos que en enero este era de 2.68%.
Sin embargo, este fenómeno se replica en algunos de nuestros países de la región como Brasil (11.1%), Colombia (5.3%), Chile (6.7%) y Argentina (52.1%). De acuerdo Ortiz, los factores que se explicaron para el caso de la inflación de México, son fuerzas que operan a nivel global y afectan a nuestros vecinos con inflaciones elevadas.
"No obstante, hay dos países vecinos, Ecuador (1,8%) y Bolivia (1%), con tasas de inflación bajas. Esto se debe al régimen de tipo de cambio que siguen que ata el valor de su moneda al dólar. A eso también se le atribuye su lenta recuperación económica luego del choque de la pandemia. Mientras se Perú ya está retornando a los niveles pre-pandemia, en estos países este retorno se estima para fines de 2022", acotó.
Finalmente, agregó que, en el caso de Perú, estos factores externos, aunados a la crisis política doméstica que impactó en el tipo de cambio, generaron que la tasa de inflación interanual de octubre fuera de 5,83%, la más alta en 12 años.