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Embajada de EE.UU. en Cuba: ¿Qué cambios económicos y políticos se vienen?
14 de agosto de 2015
Entrevista a Norberto Barreto, profesor de la Universidad del Pacífico, sobre el futuro de las relaciones entre ambos países tras la llegada de un diplomático estadounidense a la isla después de setenta años.

Hoy Estados Unidos (EE.UU.) reabrió su embajada en Cuba como parte del reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. La ceremonia fue presidida por John Kerry, quien se convirtió en el primer jefe diplomático estadounidense en ir a Cuba después de setenta años. Para analizar este hito histórico, entrevistamos a Norberto Barreto, profesor de la Universidad del Pacífico y experto en historia interamericana. 

¿Con este acontecimiento, EE.UU. confirma simbólicamente que Cuba no está más en la lista de enemigos? 

El presidente Barack Obama ya hizo que se sacara a Cuba de la lista de países terroristas. A pesar de que tienen diferencias en un montón de cosas, al reestablecer las relaciones se supone que ya no son abiertos enemigos. Tampoco es que tengan una relación fluida. Sesenta años de distanciamiento no se resuelven en algunos meses. Pero en este poco tiempo (desde diciembre del año pasado) se han tomado pasos significativos y contundentes, como el anuncio de viajes en ferry entre Florida y Cuba y conversaciones para de iniciar vuelos comerciales. Además, se estableció una embajada cubana en EE.UU. y ahora una Embajada de EE.UU. en Cuba.

A partir de ahora, ¿EE.UU. espera cambios notorios en Cuba?

EE.UU. no le ha exigido reformas políticas a Cuba, que es un factor que venía bloqueando los esfuerzos de acercamiento que se hicieron anteriormente. Yo creo que EE.UU. está apostando por lo que se conoce como el “poder blando”: espera que esta apertura provoque a largo plazo cambios significativos en el sistema político y, sobre todo, en el sistema económico de Cuba. Pero puede darse el caso de que este acercamiento fortalezca económicamente a Cuba y no necesariamente ocurran las reformas que el gobierno norteamericano busca. Incluso, Cuba puede ir por el camino de China, que es comunista de nombre, pero más capitalista que otra cosa. Puede convertirse en la "China del Caribe",  con un gobierno de un solo partido, con una estructura económica capitalista, pero con fuerte control estatal. 

¿Cuba está lejos de abandonar el comunismo, pese al acercamiento a EE.UU.?

El pueblo cubano está reconociendo que su sistema económico no funciona y necesita reformas económicas. Pero eso no necesariamente significa que haya reformas políticas y que el régimen revolucionario abandone el poder. Hay que entender que Cuba no es Europa del Este: lo que hubo en Cuba fue una revolución popular. Tiene muchas cosas que criticar, pero también éxitos indiscutibles y logros muy importantes en campos de la salud y la educación. 

Por ahora, ¿solo veremos a EE.UU. como el protagonista en el restablecimiento de las relaciones?

En el caso de EE.UU., se ha limitado a sacar de la lista de terroristas a Cuba y a flexibilizar el embargo (comercial, económico y financiero) dentro de lo que Obama puede hacer, porque el embargo solo puede liquidarlo el Congreso, puesto que está especificado en una ley aprobada en la década de los noventa por Bill Clinton. Eso es lo que se la ha criticado a Obama: ha otorgado más de lo que le ha exigido a Cuba. Pero yo creo que la apuesta es a largo plazo. 

¿Se resolverá pronto el embargo?

No será tan fácil. Es una ley que tiene que derogar el Congreso. Además de lo complicada de las relaciones entre republicanos y demócratas, se vienen las elecciones presidenciales de EE.UU. el próximo año: dependiendo de quién gane se puede entorpecer o sabotear este proceso, que yo creo que es irreversible. El embargo se resolverá después las elecciones, pero tomará un tiempo. Obama solo puede flexibilizar el embargo, pero sigue habiendo una prohibición. La posibilidad de relaciones económicas entre Cuba y EE.UU. seguirá siendo limitada. Ni compañías ni filiales norteamericanas pueden vender ni invertir en Cuba, porque estarían violando la ley y recibirían penalidades. Eso afecta muchísimo a los cubanos, pero también al capital norteamericano, porque en la isla hay un potencial económico importante. El bloque económico ha sometido a una situación muy difícil a Cuba, pero no la ha derrotado. 

Pero hay temas pendientes, como las compensaciones que deberá otorgar Cuba por las nacionalizaciones de propiedades norteamericanas.

Cuba nacionalizó propiedades norteamericanas por US$ 1,000 millones en la década de 1960. Hoy en día ese monto tiene un valor mucho mayor. Sin duda, EE.UU. va a pedir las compensaciones, pues hay intereses individuales y corporativos que ya lo están planteando. Eso es un punto que será bastante problemático. 

La situación de Guantánamo también tiene que resolverse.

Es un tema importante, pero menor. Los cubanos han aprendido a vivir con Guantánamo. Lo que tendría que hacer EE.UU. es cerrar la base y devolverle el territorio a Cuba. En términos militares, la base no tiene el valor que tenía antes. Es más simbólico y político, porque ahí está el centro de detención de terroristas.

¿Qué gana Cuba y EE.UU. con este recuentro?

Desde la revolución de 1959, los cubanos han hecho esfuerzos sistemáticos para mejorar las relaciones con EE.UU. por razones obvias: es un país cercano y es la primera economía del mundo, y estar peleados no es una cosa baladí. En el fondo, Cuba está tratando de sacarse de encima el embargo comercial. Además, depende de la ayuda que le brinda Venezuela en energía e hidrocarburos, pero este país tiene serios problemas económicos y sociales, y puede haber un cambio de gobierno que no vea con simpatía a Cuba. Creo que eso ha sido un factor clave para que se propicie el acercamiento con EE.UU. el año pasado. 

Por su parte, EE.UU. mejora su situación y gana posición en América Latina. Porque se habla del aislamiento de Cuba, pero el que estaba aislado era EE.UU.: todos los países latinoamericanos –y muchos países más, como España y Canadá– tienen relaciones diplomáticas y políticas con Cuba, pero EE.UU. ninguna. Por otro lado, EE.UU. gana también ante una posible apertura comercial de Cuba, que puede significarle grandes posibilidades económicas. Además, se trata de un valiente reconocimiento de Obama de que la política de los últimos sesenta años con Cuba ha tenido algunas consecuencias, pero no ha logrado su objetivo principal: Cuba ha sobrevivido; no ha sido derrotada por el embargo comercial. Seguir insistiendo en lo mismo era un absurdo. Obviamente, esto abre posibilidades a más cambios que el embargo. A corto plazo, es una victoria de los cubanos. Pero a largo plazo, hay que ver qué ocurrirá. 

​(Fotos: Reuters)
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Estados Unidos Cuba Norberto Barreto

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