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María Antonieta Alva: “El Perú no puede estar entre los últimos en calidad de servicios públicos"
20 de mayo de 2020
María Antonieta Alva Luperdi es ministra de Economía y Finanzas del Perú desde octubre del 2019. Economista de la Universidad del Pacífico. Compartimos su última entrevista con Augusto Álvarez Rodrich para el diario La República.
Autor: Augusto Álvarez Rodrich (Diario La República)

Difícil no sentir simpatía por una ministra de Economía y Finanzas de 35 años que le tocó manejar la respuesta a la peor crisis económica desde la guerra con Chile, especialmente si el entrevistador ha estudiado, unas décadas antes, en las mismas universidades, facultades y escuelas, y que fue su profesor en la Del Pacífico. 

Se define con orgullo como funcionaria de un sector público donde todos la conocen como ‘Toni’. En la sala de reuniones del MEF cuelga un cuadro suyo de Elliot Túpac que dice: “Mucho por hacer”. Esta entrevista se realizó el viernes a las 3 p.m. Esa mañana, a las 8, expuso ante 700 empresarios convocados por el SAE de Apoyo Consultoría, generando una magnífica impresión en un sector empresarial donde la pandemia ha derrumbado las expectativas. 

​​En la ciudadanía también le va bien: aprobación del 75%. Su agenda es compleja, pero cumple sus citas ​​​con puntualidad, respira profundo antes de responder algunas preguntas, y no se cansa de repetir que lo más importante en su puesto es discernir el interés común del interés particular. 

​–¿Cuál es su proyección de caída del PBI para este año? 

– Es una crisis con mucha incertidumbre. Para marzo, las proyecciones de algunas consultoras iban de -26% a -30% y, al final, salió -16%. Si ni siquiera con data precisa del pasado reciente podemos tener una buena calibración de las proyecciones, sería irresponsable lanzar una cifra para todo el año. 

​–¿Pero con qué cifras empezarán a formular el presupuesto 2021? 

– Este mes empezamos, así que pronto vamos a comunicar los primeros supuestos, pero que no quepa duda de que la prioridad actual es minimizar el impacto del virus en la economía. 

– En cualquier caso, el 2020 será catastrófico. 

– Es la peor crisis global desde la gran depresión, y nos está golpeando duro. Es una crisis compleja pues se activa por todos los frentes. Desde el externo derivado desde todos los bloques, e interno por el coma inducido que hemos aplicado a la economía para contener la pandemia que ha significado shocks de oferta y demanda, y que mella mucho las expectativas. 

–¿Se imaginó ser ministra de Economía durante la peor crisis económica del Perú desde la guerra con Chile? 

– Nunca, estábamos trabajando en algunas iniciativas que implicaban supuestos económicos muy distintos, como la revisión de la remuneración mínima vital que debió hacerse en marzo, pero nunca pensé que la situación y las perspectivas podían cambiar de una manera tan rápida y dramática, de un día para otro. 

– No deja de ser, sin embargo, un desafío enorme. 

​– No lo puedo negar, son días muy retadores –desde que empezó la cuarentena, mi único día libre ha sido el Día de la Madre–, pero me han servido para ratificar algunas convicciones que tenía. 

– ¿Cuáles? 

– Primero, que el Perú no puede estar entre los primeros países de la región en manejo macroeconómico y entre los últimos en manejo de instituciones y calidad de los servicios públicos, una condición que se ha ratificado en este momento. Estos problemas estructurales nos han vuelto más vulnerables para enfrentar esta crisis. Si no los resolvemos, todas las crisis que vengan en el futuro nos van a golpear más fuerte. Me hace recordar algunas frases típicas que yo escuchaba desde la universidad, como que ‘la economía no chorrea’, pero que siempre se decían con una visión de hacerlo con lo que sobra. Eso debe cambiar, tenemos que pensar en un crecimiento que genere una sociedad más justa. 

– ¿Otra convicción reforzada en esta crisis? 

– Desde la universidad, estuve convencida del papel del funcionario para contribuir al desarrollo del país, y en estos días lo he ratificado por la gran motivación que me genera la cantidad de gente joven que trabaja en el MEF y otros ministerios para atender la emergencia, que entienden perfectamente la gravedad de la situación y la necesidad de estar a la altura del momento. 

–¿Qué planeaba hacer desde el MEF antes de la pandemia y que ahora ya no podrá? 

– Los planes continúan, pero hemos tenido que cambiar su intensidad. Un tema que me alentaba mucho es la paradoja intolerable de tener tantas brechas sociales y un presupuesto de inversión pública que no se ejecutaba. Por ello, una de las primeras medidas que tomamos con el equipo del MEF fue mejorar la asistencia técnica a las regiones para que se ejecute mejor la inversión pública, y en enero y febrero habíamos logrado resultados interesantes. También quería meterles mucha velocidad a los planes nacionales de infraestructura y de competitividad, esfuerzos que empezaron en la gestión anterior del MEF y que marcan una ruta de cómo dar un salto al desarrollo. No se han postergado, pero ahora la prioridad es el plan para minimizar el impacto del virus en la economía. 

​ –¿En qué consiste? 

– Tiene dos fases, la contención y la reactivación a la que queremos pasar lo más pronto posible. Y plantea tres tipos de instrumentos de financiamiento: gasto público, medidas tributarias y otros mecanismos como el ahorro privado. Y los mismos se aplican a través de cuatro ejes. ¿Cuáles son? Primero, atención de la emergencia, con todos los recursos destinados a mejorar la capacidad del sector público para responder a la pandemia, incluyendo salud, acciones de limpieza y fortalecimiento del orden público. Segundo, soporte a las familias: sabiendo que la cuarentena sería muy dura para ellas, especialmente para las más vulnerables, se tomó la decisión de entregar bonos. Tercero, soporte a las empresas: el fin supremo es que no mueran personas, pero también es importante preservar el empleo. Cuarto, soporte a la cadena de pagos y a la economía, que, por ahora, consiste en grandes programas de inyección de liquidez, como Reactiva Perú o el Fondo de Apoyo Empresarial. 

–¿Qué le diría a una familia que hoy solo casi depende para sobrevivir del bono ofrecido por el Gobierno y, a veces, demora en llegar? 

– Soy muy empática con la situación tan difícil que está pasando. Por eso, la primera decisión que tomamos cuando se decretó la cuarentena fue aprobar el bono. Queríamos llegar con rapidez y, por eso, estuvimos dispuestos a enfrentar errores en el padrón general de hogares, que hemos tratado de enmendar. Luego se amplió a un bono casi universal que solo se excluye a las personas en planilla. Somos totalmente conscientes de lo difícil que ha sido esta decisión para las familias y estamos haciendo todos los esfuerzos para que estos recursos lleguen lo más pronto posible en un contexto estructural complejo por los bajos niveles de inclusión financiera, otra brecha estructural que nos ha hecho vulnerables para la reacción del estado.

Si deseas leer la entrevista completa en la web de Diario La República haz clic ​​aquí​.

Etiquetas
Economía

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