​Nuestro país es uno de los principales productores de café del mundo. Detrás de ese reconocimiento, existe el esfuerzo de muchos caficultores que trabajan por dar un producto con una calidad indiscutible. Sin embargo, el foco de la atención suele ir hacia los varones de este sector. Para responder a esto, la egresada de la carrera de Contabilidad UP Carolina Peralta, creó Florencia y Fortunata, una empresa que busca revalorar las manos de las mujeres que tienen un papel fundamental en el proceso de producción. 

​ A través de sus cafeterías ubicadas en el Centro Histórico de Cusco, su espacio principal en calle Suecia 332 y un módulo to-go en Plaza Santo Domingo 285, Carolina une la cultura cafetalera peruana con el empoderamiento femenino al darle visibilidad a las grandes mujeres que se encuentran dentro de este sector. Esto se refleja perfectamente en el lema que se encuentra al llegar a la cafetería: “Que tu café y amor propio sean fuertes”. 

Conversamos con ella para conocer más sobre su motivación, su carrera y el impacto que tuvo la Universidad del Pacífico para su desarrollo profesional. 

Carolina actualmente lidera un equipo de 9 personas en dos puntos de venta

 ​​​¿Cómo nació la idea de Florencia y Fortunata? ¿Qué te motivó a crear este emprendimiento? 

Florencia y Fortunata nace por una curiosidad que despertó mientras trabajaba como practicante. Llevé una vida corporativa por más de 5 años y eso me llevó a conocer muchas cafeterías como punto de reunión y trabajo. Ahí fue donde empecé a ver más de cerca el funcionamiento de una cafetería y cómo las personas se involucraban con esto. También ahí empecé a escuchar sobre “el caficultor” “el barista” “el productor” y me pregunté si había mujeres involucradas en el proceso. Después de preguntar, visitar e investigar más me di cuenta de que las mujeres constituyen la columna vertebral de la producción de café, en especial en países productores de Latinoamérica. 

En 2018 tomé la decisión de crear Florencia y Fortunata —el nombre de mis abuelas— con el objetivo de visibilizar y poner nombre propio a ese producto que a veces consumimos tan en automático como es el café. Tres años después, mientras aún laboraba para una empresa, se hizo realidad la primera cafetería en Cusco, mi ciudad natal. Hoy somos 9 personas en el equipo con 2 puntos de venta en el Centro Histórico de Cusco: uno en la calle Suecia y otro, en la plaza de Santo Domingo. 

¿Qué es lo que más valoras de tu trabajo? 

Me encanta la posibilidad de impactar todos los días en la vida de la gente, desde el equipo con el que trabajo hasta los clientes. Este rubro te permite conocer gente diferente todos los días, poder entender diferentes realidades y formas de ver la vida. Desde que Florencia y Fortunata existe soy más consciente de las oportunidades que he tenido y la realidad en la que vivo. Me siento más responsable de contribuir con el país y trabajar en favor de la sociedad. 

¿Por qué elegiste estudiar contabilidad? 

Desde pequeña me sentí atraída por hacer negocios. Me recuerdo muy bien a los siete años vendiendo limonadas en la puerta de mi casa (una calle poco transitada de Cusco). Mis padres se formaron en carreras empresariales por lo que crecí entre números y empresas. Por ello, cuando terminé el colegio sabía muy bien que quería estudiar algo relacionado con el manejo de empresas. Fue así como empecé a averiguar y la carrera de Contabilidad me llamó la atención. El rol del contador me parecía determinante dentro de una empresa y años después lo comprobé desde mi propia experiencia. 

Finalmente, ¿cómo la UP ha ayudado a tu vida profesional? 

Estudiar en la Universidad del Pacífico me ayudó a ver de manera más consciente las empresas y entender que nuestra función: más allá de la rentabilidad, debemos hacerle bien a la sociedad y ser un agente de cambio sin importar nuestro tamaño. Me parece fundamental el enfoque integral en el que nos forman, que nos permite desenvolvernos en entornos corporativos grandes y también emprender desde cero, siempre con propósitos claros. Asimismo, la red de contactos y los amigos que formas en los cinco años es realmente fuerte y sólida. Definitivamente, eso me ayudó a darle más forma y solidez al proyecto. ​​​​​​​​