A través de SAPHI, su emprendimiento social, Emely Cóndor, egresada de Economía de la Universidad del Pacífico, ha sido incluida en la prestigiosa lista Forbes 30 Under 30, en reconocimiento a su labor en la revalorización de las lenguas originarias mediante el uso de inteligencia artificial. En un país donde más de cuatro millones de personas son excluidas por barreras lingüísticas, su propuesta evidencia que la economía también puede ser una herramienta de transformación cultural, social y tecnológica.
Una infancia que sembró el propósito
La historia de SAPHI comienza con una experiencia personal que marcó la infancia de Emely Cóndor. Durante un viaje a Cusco con su madre, escuchó por primera vez a un grupo de mujeres hablar quechua. El impacto de no entenderlas la llevó a cuestionarse por qué existían divisiones tan profundas entre peruanos. Con el tiempo, esa vivencia se transformó en un propósito claro: derribar las brechas lingüísticas que históricamente han marginado a millones. “Fundé SAPHI para que hablar una lengua originaria no sea más un motivo de exclusión”, afirma.
El propósito de SAPHI va más allá de la inclusión comunicacional. Busca revalorizar las lenguas originarias desde sus raíces, reconociéndolas como expresiones vivas de cultura, historia e identidad. “Queremos que hablar quechua, aymara, yine, matsigenka y otras lenguas sea motivo de orgullo, no de vergüenza”, enfatiza.
QIMIY: tecnología con identidad para cerrar brechas
En línea con esta visión, SAPHI desarrolló QIMIY, el primer chatbot en quechua con inteligencia artificial, diseñado para facilitar el acceso a servicios financieros a personas quechuahablantes. La iniciativa nació de una pregunta concreta: ¿cómo acceder a servicios si no se comprende el idioma?
QIMIY responde preguntas en quechua, tanto de forma oral como escrita. Ha sido probado con más de 60 personas en Lima y Ayacucho, y ha recolectado 300 preguntas reales que han servido para entrenar y mejorar su desempeño. Actualmente, SAPHI busca alianzas con entidades financieras para implementar pilotos en zonas con alta población quechuahablante. “El reto más grande fue que no existía data previa en quechua para entrenar la IA. Tuvimos que crearla desde cero, trabajando con hablantes nativos y lingüistas”, explica.
A ese desafío se sumó la necesidad de adaptar la tecnología a contextos rurales con poca conectividad. Sin embargo, la convicción de SAPHI es firme: la tecnología debe ser un puente para la inclusión, no un privilegio. “Cuando la tecnología habla el idioma de la comunidad, genera acceso real”, afirma Emely. Para ella, la inteligencia artificial no solo debe automatizar procesos, sino también contribuir a reparar desigualdades históricas.

Formación con impacto y compromiso social
Durante su paso por la Universidad del Pacífico, Emely Cóndor comprendió que la economía podía ir más allá de los números. Su formación académica le brindó las herramientas técnicas para analizar el desarrollo económico y, al mismo tiempo, una mirada crítica sobre las desigualdades sociales. “La UP me dio las herramientas para entender el desarrollo económico, pero también me mostró que este debe servir para generar impacto social”, destaca.
SAPHI tomó forma gracias al respaldo de Emprende UP, la incubadora de emprendimientos de la Universidad, que la acompañó desde sus primeras etapas. “Fue uno de los primeros espacios que creyó en SAPHI cuando solo era una idea”, recuerda. El soporte recibido en mentoría, validación y desarrollo del MVP fue clave para transformar una visión en un modelo de negocio sostenible.
De su formación como economista, destaca la planificación estratégica y la visión sistémica del desarrollo como herramientas esenciales para construir una propuesta de valor sólida. “SAPHI no es solo un emprendimiento cultural, es una empresa que genera valor”, afirma.
Su reconocimiento en Forbes 30 Under 30 representa no solo un logro personal, sino también colectivo. “Representar a la UP y a la carrera de Economía en Forbes 30 Under 30 demuestra que los economistas también podemos liderar proyectos sociales y culturales”, señala. Su inclusión en este ranking la reafirma como parte de una nueva generación de profesionales comprometidos con la transformación social.
Inspirando desde la identidad y la innovación
La historia de Emely Cóndor demuestra que los negocios también pueden tener alma, identidad y propósito. Desde SAPHI, ha logrado integrar tecnología e identidad cultural, demostrando que la inclusión no es solo un ideal, sino una práctica posible cuando se construye con empatía, estrategia e innovación.
Desde la Universidad del Pacífico y la Facultad de Economía y Finanzas, felicitamos a Emely Cóndor por este importante reconocimiento y por liderar con valentía un emprendimiento que, desde la tecnología y la identidad cultural, construye un país más inclusivo. Su historia inspira a toda nuestra comunidad y reafirma el poder de la educación para transformar realidades.