Hace un año, la virtualización de la educación llegó para incorporar una nueva rutina a la vida de miles de estudiantes universitarios. Con la consigna de continuar con su educación, no solo tuvieron que adaptar su forma de aprender a los nuevos canales didácticos, sino también habilitar espacios de estudio en sus hogares que cuenten con una tecnología compatible con los softwares que hoy se emplean para el dictado de clases. Sin embargo, en medio de una crisis sanitaria y económica, y dados los elevados requerimientos tecnológicos de ciertas carreras, no todos los alumnos pueden costear la adquisición de una laptop para estudiar.
Esta fue la premisa que motivó a la fintech Baldecash a integrar una nueva rama a su portafolio de préstamos educativos: el leasing de laptops.
Se trata de un arrendamiento con venta automática donde el estudiante recibe una computadora portátil nueva y paga hasta dos años de cuotas. Al final de este proceso, se vuelve propietario del equipo.
“Al culminar el primer año, esperamos entregar una nueva laptop a 900 estudiantes de Lima y 100 de provincias. Para el próximo año tenemos tres retos: triplicar el número del 2021, lanzar un programa especial dirigido a estudiantes de colegios y universidades de zonas rurales del Perú y expandirnos a Colombia y México”, proyecta Rubén Montenegro, gerente general de Baldecash y egresado de la carrera de Economía de la Universidad del Pacífico.
Para acceder al financiamiento de una laptop a través de Baldecash el principal requisito es estar matriculado en una universidad o instituto y ser mayor de edad. “Tenemos un modelo de riesgos que nos permite evaluar a estudiantes de todas las universidades e institutos, todos los ciclos y todas las carreras”, agrega.
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Ruben Montenegro
Negocios con un fin social
La fintech Baldecash busca crear acceso, mejorar la experiencia e incrementar el retorno de la educación superior. Además del leasing de laptops, ofrece diferentes formatos de préstamos ayudamos a estudiantes, desde pagar sus estudios, hasta comprar materiales o cubrir los costos de sus certificados.
En la visión de Rubén, ser socialmente responsable no tiene un fundamento altruista únicamente, hay un componente de reciprocidad e incluso de visión de negocio. “Si un empresario desarrolla una conciencia social desde un inicio, la empresa es un mejor participante en este entorno porque entiende de manera más profunda el medio en el que opera y todas las ramificaciones que tiene alrededor. La empresa convive con la sociedad, la alimenta y se alimenta de ella”, explica.
La formación que recibió en la Universidad del Pacífico influyó en su visión como empresario en diferentes etapas. Como estudiante, le brindó las herramientas técnicas para poder desarrollar una carrera en banca y con esa experiencia fundar la fintech. Y hoy, como profesor del Departamento Académico de Finanzas, puede dialogar con sus alumnos sobre sus inquietudes y necesidades, lo que fue alimentando su interés en resolver este problema del acceso al crédito para el segmento.