Ninguno
Y este año … ¿En qué invierto mi plata?
11 de enero de 2021

​"En un contexto de tasas de interés bajas a nivel mundial, rentabilizar los excedentes se ha vuelto todo un reto financiero. Aquí, algunas ideas fuerza". Escribe Enrique Castellanos, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico. Fuente: SemanaEconomica.com

Uno de los muchos efectos de la actual pandemia ha sido la reducción generalizada de las tasas de interés a nivel mundial. Ello, consecuencia directa de las políticas monetarias expansivas implementadas por los gobiernos con el fin de reactivar la demanda agregada en sus economías.

Con tasas de interés cercanas a cero en muchas monedas y países, e incluso tasas negativas en el caso del euro o el franco suizo, los manejadores de fondos de pensiones, fondos mutuos, banqueros, pero también los ahorristas de a pie se encuentran ante la estresante circunstancia de buscar cómo rentabilizar sus fondos. Solo como ejemplo de esta coyuntura, en noviembre el Perú pudo emitir en el mercado internacional un bono a 10 años a tasas de interés en dólares de 1.9% y otro bono a 100 años a una tasa de 3.2%. Más allá de las aún sólidas —aunque no sé por cuánto tiempo más— cifras macroeconómicas del Perú, el poder haber emitido a tasas de interés tan irrisorias demuestra cómo los money managers de USA, Europa y otras latitudes no tienen dónde invertir su plata.

Entonces, ¿en dónde pongo mi dinero? Como regla general, permítanme citar al Talmud, una colección de libros sagrados del judaísmo: "Que cada hombre divida su dinero en tres partes iguales: una parte en tierra, una parte en el negocio y la restante manténgala líquida como reserva". Esto es sabiduría popular de más de 3,000 años de antigüedad mantiene plenamente su vigencia hoy en día. Aunque en la versión moderna, debería entenderse "tierra" como cualquier inversión inmobiliaria; "negocio" como aquellas inversiones en negocios reales, empresas familiares o algún emprendimiento personal, pero también inversiones en acciones o renta variable; y "reserva" como depósitos a plazo, fondos de factoring, bonos y demás activos de renta fija de alta liquidez y relativo bajo riesgo.

Tierra o inversiones inmobiliarias

Sin duda, parte importante de todo portafolio de inversiones, después de todo la oferta es limitada, "no se puede crear más tierra". Los terrenos, casas o departamentos siempre han sido una alternativa para resguardar capital y buscar valor a largo plazo. Como en todo, el diablo está en el detalle, qué compro y dónde compro es todo un arte que demanda años de experiencia. Asesórese bien y considere temas como vacancia, impuestos, costos de corretaje, horizonte de inversión, etc. Lo único que me atrevo a recomendar es que prefiera unidades inmobiliarias pequeñas a grandes; así como el segmento B y C vs el A. Después de todo, el endémico déficit de vivienda en Perú es casi una garantía de una demanda permanente por su inversión.

Alternativamente a lo tradicional, otras formas de hacer inversiones inmobiliarias y, con mucho menos dinero de por medio, es a través de fondos inmobiliarios (FIBRAS, FIRBIS, etc.) que ofrecen los principales grupos financieros del país. Pero no solo mire aquí en el Perú, en el mundo también existen muchos fondos inmobiliarios a los cuales se tiene acceso vía la bolsa de valores. Los REITS (Real Estate Investment Trusts) son valores negociables que se cotizan igual que una acción y nos permiten acceder de manera fácil y eficiente al mercado inmobiliario de otros países. Consulte con su banco o casa de bolsa. Un par de advertencias: cuando invierta en un FIBRA, REITS o fondo inmobiliario, primero, pregunte cuán líquida es su inversión, es decir, si necesita sacar su dinero antes de tiempo cuánto le costaría y cuál es el mecanismo; segundo, pregunte bien por todos los costos asociados y los impuestos que tendrá que pagar, porque cada uno de ellos irá contra su rentabilidad final.

Negocio e Inversiones en Acciones

De lejos, nada más rentable —y riesgoso— que arrancar un negocio o expandirlo. Muchas fortunas se han hecho gracias al espíritu salvaje de muchos empresarios, pero también hay asociadas muchísimas más historias de quiebras, divorcios, enfermedades y suicidios. Aquí también permítanme un par de consejos al respecto: zapatero a sus zapatos, invierta solo en negocios que conoce bien. Si usted trabajó toda su vida de forma dependiente, cuestione bien si tiene el know how y las ganas de volverse empresario a cierta edad. En segundo lugar, métase en un negocio que honestamente lo guste; donde no le disguste hacer de perro, gato y pericote; pues es casi seguro que tendrá que meter mano en todo tipo de labores y dedicarle 24/7 de su tiempo para sacarlo adelante. Si disfruta haciendo su negocio, yo diría que sus clientes lo van a notar, el producto o servicio le saldrá mejor y las posibilidades de ser exitoso serán más altas. Además, en el peor de los casos, si no se vuelve millonario, no le pesará tanto porque habrá disfrutado del camino. Sembrar una chacra, construir algo o dar un servicio personalizado pueden ser actividades muy gratificantes a nivel personal. Dichas estas cosas, si usted realmente tiene, cree y le entusiasma una idea de negocio, dele con todo. Métale su mejor esfuerzo y no se deje desanimar por ningún idiota. Avanti bersaglieri che la vittoria é nostra.

Como dije, dentro de alternativas de negocio, también deberíamos incluir las inversiones en acciones en renta variable. Aquí yo tengo una posición muy definida: sólo invierto en acciones en el mercado norteamericano. La bolsa gringa es a través de las décadas no solo la más rentable sino la única que ha demostrado breath and depth (liquidez, profundidad, dirección, madurez) a través de los años. Ni las bolsas europeas, asiáticas o de mercados emergentes se la acercan y les podría llenar el blog de números al respecto. Felizmente la Bolsa de Valores de Lima (BVL) tiene inscritos más de cien acciones y fondos localmente por lo que comprar valores norteamericanos se hace más fácil y, sobre todo, las ganancias de capital están casi exoneradas del impuesto a la renta.

Así se molesten mis amigos de la bolsa, yo no pondría ni un sol en acciones peruanas. La verdad sea dicha: la BVL como bolsa local viene implotando año a año, comparativamente hablando las rentabilidades son bajas, el riesgo alto y la liquidez poca. Al final, se ha convertido en una bolsa minera que de cuando en cuando revive por la subida en el precio de los metales. Surgen mini-fiebres de inversión en acciones mineras que desaparecen tan rápido como vinieron. Salvo que usted sea un insider, yo me mantendría lejos de las mismas.

Otro dato más sobre invertir en acciones. Si lo va a hacer vía fondos mutuos de renta variable, siempre pregunte dos cosas. La primera es cuántos años viene operando el fondo mutuo. Un buen fondo debería tener por lo menos quince a veinte años de operación, es decir, debería haber sobrevivido las crisis del 2008-2009. Como usted mismo comprobará, cerca del 80% de los fondos mutuos de acciones que le ofrece el mercado no tiene más de diez años de vigencia. En segundo lugar, pregunte por todos los costos que cobra el vehículo (comisión de entrada, de salida o rescate, Comisión Unificada, etc.) pues este dinero que usted pagará va en directo decremento de su rentabilidad anual. Siempre hablando de costos, contraste el rendimiento neto de un fondo mutuo frente a su equivalente ETF o fondo índice, bien podría ser que este último sea una alternativa de inversión igual de atractiva pero mucho más barata.

Reservas o Inversiones Líquidas

Como empecé mencionando, en una coyuntura como la actual de tasas de interés muy bajas, encontrarles rendimiento a los fondos líquidos se vuelve una tarea titánica. En primer lugar, debo decir que no veo con buenos ojos la evolución de la economía peruana. La crisis sanitaria nos ha desnudado nuestras debilidades económicas y generado un deterioro político y social al cual – en el corto plazo – no le veo salida. Creo que va a ser una década de estancamiento y no libre del riesgo de convertirnos en otra "república bolivariana". Dicho esto, estoy mucho más proclive a ahorrar en dólares que en soles. Limitaría mis inversiones en moneda nacional a plazos fijos de seis meses o un año mirando siempre las expectativas de devaluación.

Ahora bien, para obtener rentabilidades en dólares necesariamente tenemos que buscar mayores plazos. En esta línea de ideas, consulte con su banco o agencia de bolsa si tener una cartera de bonos en dólares o un fondo muto de renta fija es una buena alternativa para su perfil y situación financiera. Para el caso de que decida comprar bonos, tenga en cuenta los siguientes aspectos. Primero, compre bonos a diferentes plazos. No por buscar mayor rentabilidad invierta todo su dinero a plazos muy largos. En dos años las tasas de interés podrían subir y usted se quedaría "casado" con estas inversiones a tasas de interés muy bajas para la nueva coyuntura. Segundo, siempre invierta en bonos de manera diversificada, tanto en geografías —no solo Perú—, sectores económicos como tipo de bonos —senior o subordinado, tasa fija o tasa variable—. Por último, límite su riesgo crediticio; le recomiendo que la gran mayoría o quizás toda su cartera de bonos debiera tener un rating de BB o mejor. Comprar bonos de menor rating en esta coyuntura por un poquito más de rentabilidad no me parece aconsejable.

A modo de conclusión, la llamada nueva normalidad significa un shake out o gran remezón para la economía, muchos negocios desaparecerán, pero surgirán tantos otros. En este sentido, tengamos los ojos y las mentes muy abiertas a nuevas posibilidades. Comprar oro, plata u otros commodities (física o mediante valores negociables), financiar nuevos negocios (venture capital), fondos privados (private equity y hedge funds) y hasta las criptomonedas podrían darnos más de una sonrisa.

Una de las pocas verdades absolutas en finanzas es el principio de diversificación. Examine cuanto de su patrimonio total está ligado al riesgo país de Perú. Como ya mencioné, siento (desafortunadamente) que ésta será una década complicada para el país y estas circunstancias indefectiblemente erosionarían el valor de los negocios e inversiones inmobiliarias locales. En este sentido y dependiendo de su nivel patrimonial, no tener todos los huevos en una misma canasta y tener algún activo o inversión fuera del país debería ser imperativo. Como reza un slogan televisivo "en el Perú de hoy, nada está dicho" y —Dios no quiera— tengamos que salir nadando de nuestra patria.​

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Enrique Castellanos economía peruana Finanzas inversión privada

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