La urgencia de la reactivación económica en nuestro país, en esta etapa de post cuarentena, ha llevado a las empresas a enfrentarse a nuevos escenarios en el quehacer de sus negocios y con ello a riesgos vinculados a la transparencia e integridad. La forma como las empresas respondan a estos desafíos - a través de una conducta ética, una cultura de integridad y trasparencia y un modelo de prevención eficaz - será vital para su sostenibilidad.

 

Para conversar sobre estos temas, el pasado viernes 10 de julio, se realizó el webinar "Buenas prácticas empresariales de integridad y transparencia post covid 19", en el que participaron como panelistas, Frederic Bohem, representante de la División de Integridad Pública de la OCDE; Sylvester Feddes, Director de Novartis Pharma, Región Andina; Juan Fernando Correa, Presidente del Grupo Falabella en Perú y de COMEX Perú; Guido Valdivia, Director Ejecutivo de CAPECO; y Rosa Alegría, Directora General de la Dirección de Abastecimiento del Ministerio de Economía y Finanzas. El conversatorio fue moderado por Paula Muñoz, profesora del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Políticas, en representación de la Escuela de gestión Pública de la Universidad del Pacífico.

 

Este webinar fue organizado de manera conjunta por el Proyecto de USAID Inversión Pública Transparente, la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, la Asociación Civil Transparencia y Proética - Capítulo Peruano de Transparencia Internacional, entidades que buscan contribuir a la mejora de la política y gestión pública en nuestro país y promover estándares de transparencia e integridad, tanto en el sector público, como privado.

 

El evento fue inaugurado por el Director de USAID PERU, Jene Thomas, quien reconoció al sector privado como un aliado estratégico para el desarrollo del Perú. Asimismo, señaló que, a través del Proyecto de USAID Inversión Pública Transparente viene fomentando alianzas entre el sector público y privado, la sociedad civil, academia y los medios de comunicación para promover valores de integridad y transparencia, y con ello lograr resultados de interés común y valor compartido.

 

Iniciando el conversatorio, el representante de la OCDE, Frederic Bohem, mencionó que los riesgos que enfrentan las empresas vinculados a la integridad están intensificados frente a la urgencia por reactivar los negocios. Por ejemplo, mencionó que, en este escenario, surgen mayores incentivos para influenciar de manera indebida a los funcionarios públicos para obtener contratos con el Estado.

 

Bohem destacó la co-responsabilidad de las empresas privadas en el fomento de una cultura de integridad y transparencia e instó al sector empresarial a tener un enfoque de conducta empresarial responsable, basado en las directrices de la OCDE y evaluando, a su vez, los riesgos e impactos adversos. "Es importante tener en cuenta que la forma como las empresas reaccionan frente a los problemas, en el marco de esta crisis, tendrá repercusiones duraderas en relación con su reputación y productividad", resaltó.

 

Desde una perspectiva empresarial, Sylvester Feddes, Director de Novartis Pharma, Región Andina, narró la experiencia y los aprendizajes que se generaron en la organización ante desafíos que vivió la empresa, años atrás, en torno al tema de integridad. Para Feddes, es vital crear una cultura y diálogo transparente con los empleados, en el cual ellos se sientan seguros de hablar con sus gerentes y CEO de la compañía, a través de canales de fácil acceso en todos los niveles de la organización. Asimismo, mencionó la importancia de alinear las expectativas entre la empresa y sus empleados y proveedores, por ejemplo, en torno a las ventas y contratos, de tal manera que haya claridad de que se espera siempre un comportamiento transparente y ético en las transacciones.

 

Otro tema que relevó fue la importancia de la colaboración público-privada. Novartis ha firmado un pacto de transparencia con el sector público colombiano, certificándose como empresa aliada en la lucha contra la corrupción. Otros esfuerzos colaborativos que destacó el representante de Novatis fue la importancia de los gremios como mecanismo de acción colectiva y auto-regulación frente a la corrupción; y la alianza con instituciones como Alliance for Integrity que permite contar con herramientas que promueven una cultura ética. 

 

Finalmente subrayó que "la sociedad espera más de las empresas y cumplir la ley no es suficiente" e invitó a las empresas a iniciar este camino "no sólo porque es correcto hacerlo, sino porque genera una ventaja competitiva en el largo plazo, permitiendo la sostenibilidad de los negocios.

 

Por su parte Juan Fernando Correa, Presidente del Grupo Falabella en Perú y de COMEX, llamó la atención sobre el desafío que implica adoptar una conducta de integridad por parte de las empresas y en particular, en una organización compleja como el Grupo Falabella, con 30,000 empleados en todo el país. En particular, hizo mención al entorno en el que se opera caracterizado por la presencia de una serie de conductas no éticas y corruptas que están normalizadas.

 

Correa hizo mención a un estudio reciente de Proética, según el cual sólo el 27% de las personas considera como actos de corrupción pagar para que se le perdone un multa o agilizar un trámite y sólo un 25% obtener un beneficio de algún familiar o amigo que tiene un cargo público. Esta es uno de los grandes retos como sociedad y como empresa", acotó.

 

Para enfrentar este desafío Correa destacó el hecho que su empresa cuenta con una organización responsable de gestionar los temas de ética e integridad, que reporte directamente a la casa matriz y el directorio, con un canal abierto a disposición de empleados, clientes, proveedores, para que se hagan las denuncias respectivas. Asimismo, señaló la importancia de contar con un programa de cumplimiento anticorrupción y certificación antisoborno como los que promueve Empresarios por la Integridad, que muestra la voluntad de establecer reglas de relacionamiento transparentes y éticas. Por último, destacó la importancia de la labor gremial de tal manera que las empresas actúen colectivamente de forma ética.

 

En cuanto al relacionamiento público-privado, el Presidente del Grupo Falabella manifestó que por la naturaleza de su negocio, tienen una gran necesidad de relacionarse con el gobierno, por lo que las medidas de transparencia e integridad en este relacionamiento es muy importante para la empresa. En este sentido, destacó la importancia de contar con un programa de cumplimiento que permita identificar riesgos; y contar, a su vez, con guías y reglas claras y sencillas que promuevan una conducta ética.

 

A su vez, Guido Valdivia, Director Ejecutivo de CAPECO comunicó las medidas concretas que viene haciendo el sector construcción para enfrentar los grandes desafíos de corrupción que ha enfrentado esta industria en los últimos años. Frente a este desafío, comentó Valdivia, CAPECO decidió reformular su modelo de gestión institucional y su rol frente a la sociedad. Algunas de las acciones tomadas han sido la modificación del estatuto y código de ética; la implementación de un nuevo modelo de organización más transparente y funcional; y la adopción de la certificación ISO 37001 que permitió implementar un sistema de gestión antisoborno.

 

Por su parte Rosa Alegría comentó que la Dirección General de Abastecimiento del MEF trabaja en la formulación de una nueva ley de contrataciones del Estado.  Algunos aspectos que contribuirían a la transparencia e integridad de las contrataciones del Estado mencionados por Alegría incluyen: dotar de mayor autonomía a las áreas de compras, para que sean órganos conformadas por personas revaloradas, competentes y capaces de tomar decisiones y que las hagan públicas; introducir la centralización de compras estratégicas para facilitar la supervisión; universalizar los acuerdos marco para bienes con el fin de mejorar la objetividad de la selección; homologar los requerimientos de bienes y servicios para evitar que las contrataciones sean dirigidas entre otras.

 

Rosa Alegría resaltó que además de mejorar los mecanismos de comunicación y denuncias para incentivar el cambio de actitud, una nueva ley es solo una parte de la solución porque también se requiere de una actitud decidida del sector privado de adoptar una conducta íntegra.  Concluyó que no es un problema de normas sino de personas. 

 

Finalmente, los actores privados concluyeron en que es posible trabajar de manera colaborativa con el sector público para elevar los estándares de integridad y transparencia. Iniciativas concretas como el convenio que tiene Empresarios por la Integridad con la Contraloría en relación a un canal de denuncia fue mencionado como ejemplo de ello. Otro caso concreto que se compartió en este conversatorio es el pacto por la integridad suscrito entre CAPECO y SEDAPAL el año 2016, en el que hubo un compromiso de respetar las normas éticas y actuar de manera transparente para evitar posibles casos de corrupción o deficiencias en los contratos públicos.

 

Sin embargo, se recalcó la importancia de institucionalizar estos esquemas de colaboración, a través de, por ejemplo, consejos consultivos en las instituciones públicas, que no dependan de la voluntad de las autoridades políticas, sino que generen espacios de diálogo abierto, transparente, que reduzca los espacios de corrupción y garantice la continuidad de las políticas públicas.

 

El evento fue cerrado con las palabras de Paula Muñoz, en representación de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, quien agradeció en nombre de los organizadores a todos los participantes, resaltando la importancia de espacios como el que se vivió esa mañana para la discusión y el debate; acercando los esfuerzos tanto del sector público, como privado, y la academia, abriendo las puertas a la colaboración para elevar los estándares de transparencia e integridad por el bienestar colectivo.