Ante el incremento global de contagios y decesos a causa de la pandemia del coronavirus y el surgimiento de una nueva variante del virus en la India, el gobierno de Joe Biden se manifestó a favor de la liberación de las patentes de las vacunas contra la COVID – 19 el último miércoles, en apoyo a la propuesta que varios países han presentado a la Organización Mundial de Comercio (
OMC).
El pronunciamiento del Presidente de Estados Unidos ha generado una polarización entre las compañías farmacéuticas que fabrican vacunas y organismos internacionales como la OMS y gobiernos que apoyan la suspensión de los derechos intelectuales de este medicamento. Para
Juan Carlos Ladines, Profesor de la carrera de Negocios Internacionales de la Universidad del Pacífico, “Biden ha aprovechado este escenario para posicionarse como un líder internacional frente a la crisis de la pandemia. La liberación de las patentes podría dar pie a que países pobres pueden acceder a vacunas más baratas”, explica.
El objetivo de levantar los derechos de propiedad intelectual de las vacunas es alcanzar la llamada “inmunidad de rebaño”. Para lograrlo, Ladines resalta que los procesos de inmunización no pueden desfasarse entre países. “Cada uno ha ido a velocidades distintas y esto genera problemas en las variantes. Biden está mirando un poco más a largo plazo y está tratando de que la articulación global sea un elemento clave”, sostiene.
El valor de las patentes
La urgencia de contar con vacunas para inmunizar a la población mundial contra la COVID – 19 llevó a las compañías farmacéuticas a producir un fármaco en menos de un año cuando en circunstancias normales este proceso puede llevar más de una década. “Los laboratorios esperaban obtener un retorno por la inversión que realizaron. Hoy estas empresas manifiestan que el problema no es liberar patentes sino superar los desafíos logísticos y de cadena”, detalla.
Caída de acciones
El pronunciamiento de Joe Biden originó un desplome de las acciones de las compañías farmacéuticas. Pfizer Inc., BioNTech SE, Novavax Inc. y CureVac NV en Estados Unidos. Por su parte, Shanghai Fosun Pharmaceutical Group Co., que tiene los derechos para la inyección de BioNTech en China, se desplomó 14% en Hong Kong, la peor caída jamás registrada.
Para
Dagoberto Díaz, profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la UP, la explicación de esta abrupta caída es que “el precio de las acciones se basa en los ingresos futuros de las empresas o proyectos. De esta manera, si se ha patentado una vacuna, hay un futuro en la venta de vacunas, pero si se exige que sea abierta para todos, estas empresas perderían las ventas que ya tienen aseguradas”.