​La Universidad del Pacífico presentó a Tony Mifsud, Director del Centro de Ética de la Universidad Alberto Hurtado (Chile), quien se encargó de la conferencia magistral en el III Foro de Ética Aplicada: Ética del discernimiento y responsabilidad social empresarial, realizado en nuestra casa de estudios el martes 25 de agosto. 

Con el título de “Ética del discernimiento”, Mifsud partió su exposición en el origen etimológico de la palabra “Ethos”, pues se ha perdido su originalidad: de significar una “morada u hogar” pasó a considerarse como “un hábito o costumbre”.  Sobre esta base, mencionó que hay dos posturas históricas sobre la ética: la deontología, que aplica las normas morales independientemente de la situación; y la teleología, que se enfoca en las consecuencias de un acto. 

Pero Mifsud se detuvo en otro método más relevante para estos tiempos: la ética del discernimiento. A diferencia de las otras dos posturas, que se centran en la acción, esta tercera se ocupa en el sujeto. “Consiste en la búsqueda de lo bueno​, lo agradable y lo perfecto para realizar siempre lo mejor”, explicó el también sacerdote jesuita. Por esta razón –argumentó– “en el contexto de las sociedades abiertas y plurales, el discernimiento resulta clave, porque se vive cada vez con más fuerza lo incierto”.

Obviamente que hay peligros en este proceso de discernimiento. Uno de ellos es el “autoengaño”. En ese caso, Mifsud recomienda examinar los hechos de manera objetiva, comprenderlos en su contexto más amplio, reflexionar sobre los valores implicados y tomar una decisión ajustada a ese análisis. En palabras más simples: “Ponerse en el lugar del más desfavorecido para no caer en el engaño”, dijo Mifsud, quien agregó un argumento central: “el discernimiento no es un acto: es un proceso, un estilo de vida”. 

La ética de soñar

El sacerdote jesuita también se refirió a la pugna entre ser idealista o realista de cara a mejorar la sociedad. Para él, esa “tensión es sana, porque si el mundo se olvida de los ideales, nos colocamos como esclavos frente a la realidad. Es decir, la realidad es la que manda y no se puede cambiar”. Mifsud dejó en claro que “la capacidad de soñar es la capacidad ética más importante del ser humano”.  Esto quiere decir que “es equivocado pensar que los cambios solo vengan de la gente práctica”. Claro que ningún extremo es bueno.

Lo cierto es que cada vez hay más espacio para buscar soluciones a través de la creatividad, más aún cuando hay una institucional muy débil. Así lo explicó Mifsud: “Hoy en día hay muchos paradigmas que no dan para más. Así que, en vez de quedarnos deprimidos, comencemos a crear. El malestar de la sociedad es muy fuerte, pero falta encausarlo creativamente. El gran problema es que el malestar ciudadano no está encontrando instituciones públicas apropiadas porque han perdido credibilidad”.

Datos:

Participaron como ponentes Andrés Suárez, investigador del Centro de Ética de la Universidad Alberto Hurtado (Chile); Pablo Checa Ledesma, del Instituto de Estudios Sindicales; Javier Calvo, Guardián de la Cultura Liderman; y Rossana Taquía, del Programa Perú Responsable del Ministerio de Trabajo.

Aquí más ​detalles del Foro​ y el recuento fotográfico​.