Ninguno
ABC del buen etiquetado: ¿Qué características deben de cumplir las empresas?
21 de febrero de 2018

​La investigación de la profesora de la Universidad del Pacífico, Matilde Schwalb  señala que entre los principales propósitos del etiquetado y de toda la información en los productos es ayudar al consumidor a tomar decisiones informadas y alineadas con sus intereses. ​

Antecendentes​

La Comisión de Protección al Consumidor del Indecopi acaba de sancionar a Gloria, Laive y Nestlé, con una multa total de 1,093.3 UIT (S/ 4´427,865) por comercializar como leche productos que no lo eran, infringiendo, de esta manera, el Código de Protección y Defensa del Consumidor. De acuerdo con la resolución sancionadora del Indecopi, las empresas sancionadas no habrían cumplido con el deber de idoneidad –por ofrecer productos que no correspondían a la denominación consignada en el etiquetado- y el deber de conformidad del etiquetado –por no ceñirse a lo establecido en la legislación nacional correspondiente o, en su defecto, en el Codex Alimentarius. Cabe recordar que esta sanción es el resultado de un procedimiento de oficio iniciado por el INDECOPI a raíz de haber encontrado indicios de que los nombres con los que se etiquetaron algunos de los productos de las empresas sancionadas no cumplían con las normas nacionales ni internacionales. El caso de las leches avivó el debate sobre el etiquetado frontal de los productos alimenticios y desempolvó la propuesta del reglamento de la Ley de Alimentación Saludable presentada por el MINSA, modificada más tarde por el Congreso.

 

Rol del etiquetado

El propósito central del etiquetado y de toda la información que esta contiene –letras, símbolos, figuras, colores, etc.- es ayudar al consumidor a tomar decisiones informadas y alineadas con sus intereses.  Por tanto, un buen etiquetado sería aquél que logre este propósito. Un etiquetado debe ser idóneo, esto quiere decir que la expectativa que genere en el consumidor que evalúa el producto debe corresponder con lo que el producto entrega. Por tanto, cuando hay una discrepancia entre lo que dice o da a entender el etiquetado y lo que realmente entrega, se afectan los intereses del consumidor puesto que este no recibe lo que el etiquetado de dio a entender que recibiría.

El etiquetado comprende, además del texto, las imágenes, el logo, los colores, el diseño, las formas, entre otras características que transmiten información relevante para el consumidor. Según la ley peruana (DL 1304 de 2016), el etiquetado comprende la marca adherida al producto, envase o empaque, así como toda la información que exige el artículo 3 de esta ley como son el nombre o denominación del producto, su contenido neto (expresado en una unidad de medida), la fecha de vencimiento y condiciones de conservación (si es un producto perecible), la condición del producto si fuera defectuoso, usado o reconstruido, la declaración de insumos que representen algún riesgo para la salud o seguridad del consumidor, la advertencia de riesgo o peligro previsible que pudiera derivarse de la naturaleza o uso del producto, entre otros requerimientos.

 

Características de un buen etiquetado de productos alimenticios 

Con el propósito de facilitar una decisión informada por parte del consumidor o usuario, un buen etiquetado debe contener información veraz, completa, oportuna, relevante y suficiente, de fácil comprensión, que no induzca a error y sea accesible al consumidor. En el caso particular de los productos alimenticios, la información nutricional es un elemento esencial. Esta información puede ser presentada dentro de una tabla o de forma lineal, e incluye el tamaño de porción por envase, el número de porciones por envase y los componentes nutricionales con sus respectivos valores. Cuando un consumidor está evaluando la compra de un producto alimenticio, debe prestar especial atención a 5 elementos clave. En primer lugar, el consumidor deberá prestar atención al tamaño de la porción y el número de porciones por envase. Esta información es esencial ya que componentes como azúcares, carbohidratos, entre otros, se presentan en base al tamaño mínimo de porción. Así, por ejemplo, si la etiqueta del alimento indica que contiene tres porciones por producto y tres gramos de azúcares por porción, significa que en total existen 9 gramos de azúcares en el producto. En segundo lugar, el consumidor debe tomar en cuenta el porcentaje de valor diario. Este dato indica el porcentaje de grasas, carbohidratos, entre otros, que contribuyen a una dieta diaria. De modo ilustrativo, si la etiqueta indicase que el producto alimenticio contiene 5% del valor diario de sodio, significaría que en lo que queda del día, el consumidor podría consumir el 95% restante de este elemento y estaría dentro de los límites que se considera bueno para la salud. Sin embargo, los valores diarios necesarios para cada persona no son los mismos. Por ello, es recomendable que un nutricionista sugiera los valores diarios que debe consumir cada persona de acuerdo a distintos factores como edad o complexión física. En tercer lugar, es importante que el consumidor considere la cantidad de calorías las cuales son presentadas por porción de alimento. Particularmente, el consumo de calorías ha sido asociado con casos de obesidad y sobrepeso. De hecho, el INEI (2016), el Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) (2015) y la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (2016), afirman que la obesidad y el sobrepeso son uno de los principales problemas de la situación alimentaria y de salud pública del Perú. En cuarto lugar, siempre es importante revisar los ingredientes del producto, en caso el consumidor deba tener especial cuidado con algún insumo. En quinto lugar, se debe verificar la fecha de vencimiento y que el producto cuente con registro sanitario.

Cabe agregar que, en la medida en que el consumidor preste mayor atención para entender el etiquetado, estará más empoderado para tomar decisiones saludables e informadas. Sin embargo, es necesario que las empresas contribuyan a esta misma causa y que el Estado tenga una labor más proactiva en la regulación del etiquetado.

Esta investigación de la profesora Matilde Schwalb recoge los resultados de un taller de investigación sobre el etiquetado de alimentos, en el que participaron los alumnos Gustavo Rodríguez, Alexandra Rodríguez Montes y Diego Ramírez del programa de Administración de la Universidad del Pacífico.

 

MÁS ALLÁ DE LA LEY

Si estamos de acuerdo con que el propósito central del etiquetado es facilitar una decisión informada que satisfaga los intereses del consumidor o usuario, entonces limitarse a cumplir la ley no es suficiente. La ley y las normas suelen establecer los requisitos mínimos y no pueden contemplar todas las posibles situaciones que se pueden dar. Además, las normas son siempre interpretables y dejan margen de libertad para la interpretación y las decisiones que se tomen. Un buen etiquetado es aquél que, además de cumplir con la ley, provee información en la cantidad, calidad y forma y oportunidad de modo que ayude al consumidor a tomar la decisión que más convenga a sus intereses y no lo confunda. Un proveedor que está orientado a satisfacer a sus consumidores y clientes, sabrá perfectamente qué información colocar en la etiqueta, qué figuras o gráficos elegir, qué colores y diseño es el más apropiado, qué tamaño de letra utilizar, dónde colocar la fecha de vencimiento, entre otras características relevantes. Cuando un consumidor o usuario potencial no puede encontrar con facilidad la fecha de vencimiento de un producto, no puede leer sus ingredientes o componentes, interpreta de manera errónea la figura que acompaña el texto, no entiende el significado de las advertencias, o se confunde con tanto texto que termina pasando por alto lo más relevante, entre otras fallas, entonces estamos ante un etiquetado que no es adecuado a los intereses del consumidor.

El marketing pregona que su propósito central y su razón de ser es el consumidor, que existen por él (si no hay consumidores no hay empresa) y para él (el marketing está para satisfacer al consumidor y contribuir a mejorar su calidad de vida). El etiquetado, por otro lado, como parte de la estrategia de marketing de un producto o servicio, refleja las prioridades del proveedor y no puede esconder sus verdaderas intenciones. Por tanto, las decisiones sobre el etiquetado son una magnífica oportunidad para que las empresas demuestren que el consumidor realmente le importa y que es su prioridad.

Etiquetas
Matilde Schwalb

​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​

Noticias recientes
Estudiantes de la Universidad del Pacífico obtienen segundo lugar en el Scotiabank International Case Competition 2024
Rodrigo Rivera (Administración), Camila Fernandez (Economía), David Ordinola (Ingeniería Empresarial) y Rafael Castro (Economía) son los integrantes del equipo UP que destacó en la prestigiosa competencia internacional.
Compartimos sueños, transformamos vidas: 1ra campaña de recaudación de fondos para becas de pregrado
La campaña impulsada por la UP buscó promover la generosidad de nuestra comunidad a través de un propósito común: igualdad de oportunidades de acceso y continuidad en la educación superior, que permitan transformar la vida de jóvenes peruanos e impulsar su sueño de convertirse líderes con propósito. La comunidad UP se consagró con más de 200 benefactores, los cuales permitieron que 11 estudiantes fueran seleccionados para recibir becas de accesibilidad y continuidad.