Y TÚ, ¿QUIERES SER EMPRESARIA O EMPRENDEDORA?

Por lo general, cuando se habla de una “exitosa mujer emprendedora”, se está haciendo referencia a una mujer “empresaria” que ha logrado cierto reconocimiento y posición en el mercado en el que actúa.


Tradicionalmente, la palabra “emprendedora” ha estado relacionada a la palabra “empresaria” o “empresaria informal”. Pero ser emprendedora es un concepto diferente a ser empresaria.


Ser empresaria implica identificar una necesidad insatisfecha, descubrir una oportunidad en el entorno y conseguir los recursos necesarios para que, a través de la creación y puesta en marcha de una empresa, se puedan satisfacer las necesidades identificadas de una manera eficiente y económicamente rentable.


Ser emprendedora es un concepto mucho más amplio y no implica, necesariamente, la creación de una empresa u organización.


Una mujer emprendedora es aquella que con iniciativa, coraje, entusiasmo, optimismo y pasión “emprende” acciones dificultosas para que sus sueños se conviertan en realidad.


Una emprendedora es una mujer  capaz de imaginar y soñar un futuro diferente, lo que la motiva a trabajar muchas horas, utilizar los recursos disponibles, conseguir los que le faltan y aprovechar todos sus contactos para hacer que su sueño se convierta en una realidad.


Tener estas características personales y ser una emprendedora no necesariamente convierten a una mujer en empresaria.

 

¿CÓMO NACE UNA EMPRENDEDORA?

 

PASO 1

Imagínate un futuro prometedor. Un futuro transformador, que te ayude a soñar con un mundo mejor.

Todos los seres humanos nacemos con la capacidad de soñar, pero muchas veces las circunstancias del entorno o la excesiva profesionalización de los individuos disminuyen esta capacidad. Imaginar y soñar, son capacidades indispensables que deben ejercitarse todos los días y que contribuyen de manera significativa con la capacidad de innovación: capacidad fundamental del emprendedor.

 

PASO 2

Siéntete corresponsable del cambio. Ello implica reconocer que eres parte de la sociedad y, por lo tanto, corresponsable de lo que sucede.  No le eches la culpa a tu pasado, a tu suerte, a tus circunstancias, a las condiciones del entorno. Siéntete responsable de tu pasado, tu presente y tu futuro.

 

PASO 3

Toma la decisión de actuar. Para lograr cambios positivos en la sociedad tienes que comprometerte y tomar la decisión de actuar; es importante que asumas los riesgos que ello implique y un rol activo en el proceso transformador. Es decir, tienes que “hacer que las cosas sucedan”, pero planificando acciones y organizándote para lograr resultados de alto impacto y de manera eficiente. 


En América Latina tenemos miles de empresarias, mujeres que han fundado empresas y que las dirigen con éxito, con la finalidad de cumplir con su visión y, entre otros objetivos, obtener beneficios económicos a cambio de su inversión.


Pero hay muchas más mujeres emprendedoras. Son mujeres soñadoras, innovadoras, creativas y comprometidas quienes con optimismo, coraje, entusiasmo y pasión luchan por lograr que sus sueños se conviertan en realidad. A veces esto implica la constitución y puesta en marcha de una empresa u organización pero no es indispensable. Todas podemos ser emprendedoras. No perdamos esa capacidad fundamental para transformar.​

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